CARMEN FLORENCE GAZMURI-CHERNIAK

Escritos literarios – críticos, anuncios de nuevas publicaciones, libros editados. Artista-Pintora. Telas al óleo, gouaches y dibujos

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CRIMINAL INMISCIBILIDAD

6 Febrero, 2023 (06:52) | Non classé

        CRIMINAL    INMISCIBILIDAD

 

UNA HISTORIA PARA ADULTOS

 

Érase una vez…

 

Estimados Lectores de lengua hispana:

 

Cuando era niña, mis padres no me hacían dormir “contándome una historia”, Mamá  me dejaba una gran caja de cartón llena de libros, para que yo eligiese el que quería leer antes de dormir, no saben como se lo agradezco, me educó independiente, solo dependiente de su amor, fuimos recorriendo juntas los años, yo creciendo, pasando por el tiempo en un envejecimiento lento, y mi pobre madre envejeciendo con un ritmo más acelerado que el mío, es ahí donde reside la tragedia, la tragedia que quiero evocar hoy día al alba, es el paralelismo de dos vías , de dos almas que “pasan en líneas paralelas por el tiempo”.

El tiempo no perdona.

El tiempo es criminal.

A lo largo de nuestra vida juntas, vivimos el tiempo más extenso que dos seres pueden vivir juntos:  60 años por la vida y siete meses en su vientre.

Ella me soñaba ya antes de concebirme. Mamá me lo decía siempre. Ella no habría podido vivir sin ser madre. Yo le decía que para mí era todo lo contrario, sin ser artista y tener todo mi tiempo para el arte, yo me moriría.

El asunto de la maternidad merece un capítulo aparte, dejo solo una línea de testimonio, no, no tengo la más mínima “frustración” de no haber dedicado mi vida a la “procreación”, dejando aparte la de mi madre, es algo que no me interesa para nada. Muy loable el asunto, pero es una cuestión de la naturaleza que no requiere ningún esfuerzo, en cambio, la creación artística, requiere esfuerzo, es en el cerebro que se produce el milagro, no nos deja un solo momento de quietud, no podemos estar cansados y relegarle la responsabilidad a un ayudante, el arte, nos exige una implicación total de toda nuestra existencia y el problema principal es que todo se concentra en el cerebro, cuestión  que nada tiene que ver con el vientre, simple caja de resonancia que se ocupa de todo, sin esfuerzo, es la naturaleza la que se encarga, bien o mal de operar en la “trascendencia,” la que como la lotería, puede salir con éxito o con un total fracaso, los padres, independientemente de ellos, pueden procrear un monstruo o un ángel…

En todo caso, Mamá, un año antes de que me la matara ese asesino, un día mirando la luz que llegaba a la estancia por la ventana me dijo:” ¿Sabes? En mi vida he tenido tres amores, primero el piano, tu padre y luego tú”.

Como les digo, dejaré para otro día el que desarrollaré el asunto de la maternidad y de lo que siguió diciéndome Mamá.

Cuando se llega a vieja, se puede decir lo que la juventud calla.

El sacrilegio que encierra levantar el velo de una verdad ya no existe, se borra inevitablemente, porque somos arrojados ante un precipicio, la conciencia de nuestra próxima muerte, ese fenómeno ineluctable ante el cual producen dos situaciones terribles, éstas son provocadas por dos tipos de personas, es de eso de lo que quiero hablarles (escribirles) hoy, las personas que se hacen las idiotas, haciéndose creer a ellas mismas que el precipicio no existe, las otras, las peores de todas, que yo llamo “criminales”, que nos hacen “perder el tiempo” haciéndonos creer e implicándonos en lo que ellas creen, sin tomar en cuenta lo que nosotros creemos, y quieren convencernos de que el precipicio no existe y que se trata de un espejismo, de una ilusión de nuestro pensamiento o peor aún, haciéndonos creer forzadamente de que sufrimos de un problema de visión.

¿Comprenden?

Yo creo que el no respetar esto es una falta de cortesía ante la humanidad. Porque existe un respeto que no tiene nada que ver con la educación y las buenas maneras, se trata del respeto al tiempo de la persona.

El tiempo no existe, es una creación maravillosa del espíritu, En este problema metafísico hay una sola cuestión de fondo, el tiempo está en nosotros mismos, eso que llamamos “tiempo” es un espacio inmóvil somos nosotros los que biológicamente “pasamos “por el tiempo, ese espacio del que disponemos cuando llegamos
… casi, y subrayo, “casi” al final, debe ser respetado en todo orden de cosas.

Es lo que acabo de escribirles a los Administradores de los HLM porque estoy trabajando sola una mudanza , y exigiendo que me cambien este piso por otro , ya que este donde vivo, por cuestiones graves, muy graves, no me conviene.

Los administradores me dijeron que hay 15.000 carpetas antes de la mía, que debo esperar muchos años.

A una vieja de 69 años no se le dice eso.

Esta serpiente o es idiota o se hace la idiota, cuestiones que conmigo no corren.

Dado que a los idiotas no hay que tratarlos como a las personas inteligentes, cosa que aprendí tardíamente, eso me habría evitado discursos inútiles y cartas certificadas, opté por algo rápido y les envié por mail, la foto de la tumba de Mamá donde está mi lugar reservado y les escribí una sola frase:

“Señoras, he aquí mi lugar reservado en el cementerio, pero antes, necesito cambiar de HLM, quiero vivir y bien.”

Es por eso, por lo que, desde que pasé los sesenta no perdono “que me hagan perder el tiempo”.

Les voy a contar un pasaje existencial muy lejano, tan lejano que debo hacer un esfuerzo por atrapar todas las circunstancias que lo rodearon, en esa época yo era joven, Mam estaba en perfecto estado de salud, yo trabajaba y tenía aún esperanzas. ¡Ah! se me olvidaba contarles, que en ese entonces yo estaba enamorada, yo siempre lo estaba,  cuando se es joven esta enfermedad debe ser perdonada.

lo que, si cuenta, es que…

Voy a comenzar a contárselo con una pequeña frase de introducción, esa con la que comienzan las historias infantiles, solo que ésta es una historia trágica para “adultos”, para adultos bien inteligentes que van a tomarla en serio, como se debe tomar toda tragedia critica, supongo yo, haciéndole confianza al género humano.

Érase una vez en el siglo veinte en París…

Existía una muchacha joven que estaba locamente enamorada de un señor de mucha más edad que ella, no se preocupen del estado civil, primero eso para ella no tenía ninguna importancia, porque jamás había pretendido casarse, luego, en cuestiones de amor, ella tenía su postulado, lo único que cuenta en el asunto son dos personas, si una falta no es posible si una sobra tampoco. Y el problema residía en que ella vivía ese amor a medias, casi “virtual” como se dice hoy, solo que en ese entonces no existía ni el Internet ni los SMS, ni los mails, todas esas cuestiones que reemplazan el verdadero amor, buenas para los impotentes, las frígidas, los incapaces, y los cobardes; subterfugios y reemplazos malsanos, una especie de creación arrevesada y contra natura

Y, la tragedia residía en que este señor, le hacía creer a esta pobre muchacha, bastante imbécil, y durante años de que “algún día” esa relación ¿cómo podríamos llamarla? “¿Amistosa” ?; la palabra es inadecuada, pero no encuentro otra a esta hora del día que comienza, este señor le hacía creer de que algún día esa ,que era “une amitié amoureuse”, se transformaría como por encanto en un verdadero amor.

Pobre idiota esa pobre muchacha….

La verdad es que la “literatura” no lo acepta todo como se dice, bien, este señor se comportaba dejando pasar no los días, ni los meses, sino los años sin decidirse, condiciéndose como un vulgar forajido, le hacía creer a esta pobre muchacha crédula de que “algún día “ él cambiaría de “actitud” porque como dice Simmel: “si un hombre rechaza a una mujer, sus  maneras de conducirse son bien poco “chevaleresques” Es un término que aprecio tanto, bien propio de Georg Simmel; es un término perfecto que define en una sola palabra la actitud que yo como buena anarquista, que no tiene el menor cuidado en definir las cosas a la española: “el chocolate espeso y las palabras claras”, define a un hombre COBARDE en materia de amor.

 

Mamá, a quien esa pobre muchacha idiota le contaba todo, no soportaba esta situación, le decía: “y ¿cuándo va a decidirse? ¿cuando tome la jubilación y se  transforme como muchos a su edad, tal vez en un inválido? Se van a encontrar en silla de ruedas o en el cementerio.”

“¿Es ese al programa que él tiene para contigo?

“¡Por favor déjalo! ¡Ese señor no te quiere, porque deja pasar los mejores años de tu juventud!”

Entonces, un día en un café en París, esa joven muchacha, voluntariosa y sincera en amor, siempre en búsqueda del “amor absoluto”, viéndose al borde del precipicio y comprendiendo que su madre tenia razón, le dijo a este señor que la “hacia perder el tiempo”, y a boca de jarro:

“Vous êtes un criminel !”

Fin de la historia.

¿Les gustó mi cuento para adultos?

¿Lo comprendieron?

No hay nada que me produzca mas desprecio y repudio que un hombre cobarde en materia de amor.

Es todo lo contrario a mí; dos elementos tan distintos en los que jamás se producirá el menor contacto; ensayen de mezclar agua y aceite, es lo mismo entre un hombre cobarde en amor y yo.

Eso en química se llama INMISCIBILIDAD.

En el caso de esta pobre joven, muchacha idiota se llamaba:

Inmiscibilidad existencial.

Gran ventaja de la vejez: inmunidad viral al amor sin necesidad de vacuna.

Carmen Gazmuri

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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