DIARIO

Viernes 30 de diciembre 2022

Comencé mi día a las 5 de la mañana.

Yo no sé de dónde sacan la idea los idiotas que, porque soy “jubilada”, soy de las que se quedan en cama hasta las doce.

Yo jamás he dormido las ocho horas que duermen casi todos, desde pequeña, me despertaba muy temprano, papá decía riéndose:” ¡ya voló el pajarito?”

Jamás he hecho la” grasse matinée”,(!!!) cuando creen que vivo regaladamente y que no hago nada levantándome a eso de las doce, porque según el vulgo “yo no hago nada y mi pintura es” UN LOISIR” …algo así como tejer o bordar porque “las viejas se aburren” y mientras miran la televisión, tejen…

Yo nunca comprendí como la gente puede quedarse en cama toda la mañana, me pareció siempre una actitud animalesca, ese “perder el tiempo” durmiendo me parece un sacrilegio, une ofensa a la vida, ese tiempo que pasan en la inconciencia del dormir, lo pierden sin hacer algo de interés.

Dormir es una verdadera pérdida del poco tiempo que tenemos para vivir.

Dormir es necesario únicamente para recrear nuestras neuronas, pero eso de abusar y quedarse en estado inconsciente más de lo necesario es ser idiota voluntario. En fin, como no tienen nada en el cerebro, es claro que es mejor que duerman, pensé que la mitad de Francia debería quedarse en cama, especialmente la administración y gran parte de la Asamblea Nacional.

Me dije que este nuevo año no pensaré nunca más en corregir las imbecilidades de la gente. Es un gasto de energía suplementario y desde que me asesinó Mamá el “Médecin Traître-Tant “y sus tres cómplices,  hace ya 10 años que decidí seriamente, no gastarme en cuestiones afectivas, es una pérdida de energía que no sirve de nada, ahora acumulo reservas, esas que gasté de joven inútilmente. Esas magnificas reservas afectivas me las guardo y ese caudal de energía me paga muy bien.

Ustedes saben de lo que hablo.

Carmen Gazmuri