CARMEN FLORENCE GAZMURI-CHERNIAK

Escritos literarios – críticos, anuncios de nuevas publicaciones, libros editados. Artista-Pintora. Telas al óleo, gouaches y dibujos

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DIARIO

27 Diciembre, 2022 (14:57) | Non classé

           

                DIARIO

 

(Fragmentos)

 

20 de noviembre 2022

 

Sólo el rostro de Mamá que quedó eterno en una foto y en un cuadro que he publicado en mis libros, el recuerdo es algo más que emocionante, mucho más que un cuadro, porque ella existió de verdad y así de bella…El retrato CLARA que le pintó Hernán Gazmuri, lo dice perfectamente, es una oda a su belleza hecha pintura.

Y, para cualquiera que la observaba y, esto que digo fue comprobado “de verdad”, una persona hace años me dijo al ver esa foto de Mamá y el cuadro que le dedicó el pintor Hernán Gazmuri:

 “Votre mère a une beauté émouvante”

Cierto, es el mejor análisis que jamás nadie ha dado de la figura de Mamá, aquí en Francia. Une beauté emouvanteY, una colega, cuando lleóo a casa a almorzar con nosotras, al ver a Mamá sentada en el salón esperándonos, mi colega me dijo: “sabes, nunca había sentido esto, al ver a tu mamá, sentí escalofríos, ¡es tan especial!

No me hagan hablar más, porque estaría obligada a ensuciar la blancura virginal de la página blanca que estoy dedicándole, la poesía, y CLARA que fue una poesía viviente, vino a Francia para terminar aniquilada como una mártir que nunca quiso ser, porque ella amaba la VIDA por encima de todo, la hicieron una mártir forzada sufriendo un calvario durante
8 días, entre las garras del ”Médecin Traître-Tant”, un pérfido mayúsculo,  un asesino que sigue suelto por ahí…Dejo el tema para otra ocasión, esos 4 asesinos saben que no los dejaré en paz, mi condena pública por la palabra será eterna y recurrente.

 

Jueves 22 de diciembre.

 

Hoy bajé al buzón, aquí, en esta maldita comuna, el correo pasa a las doce de la mañana, como en el campo.

Había una sola carta, miré el sobre y casi me desmayé.

Ah no, no les diré nada hasta que el sueño se vuelva realidad. Soy supersticiosa asi es que les cuento la buena notica a medias, el secreto se impone para no malograr la magia y las buenas intenciones de ciertas personas.

¿Saben? Cuando la gente es malvada conmigo hoy en día eso ni me asombra ni me hace daño, me acostumbraron al desprecio y a las bofetadas, lo que me deja derribada y atónita son las buenas intenciones gratuitas de personas que me aportan la paz, esa paz de la que habla la protagonista de la novela de Peter Handke, “estar apaciguada” es un estado de plenitud absoluta, es aún más maravilloso que un estado ocasional de alegría, porque estar apaciguada es un estado que se prolonga y toma cobijo en el alma. Dios quiera que esa buena noticia contenida en pocas frases, esas frases definitivas sin ambigüedad que encerraba ese sobre, sean al augurio, por fin, del fin de mis desgracias y que este nuevo año, reciba el premio grandioso, ese que busqué durante tantos años en recompensa para amortiguar un poco, todos mis sufrimientos, y que llega a poner fin a todos mis arduos esfuerzos por cambiar la ruta malograda “de mi destino francés”.

Me senté en mi mesa de trabajo, prendí el computador, y me puse a redactar instantáneamente una carta de agradecimientos.

Me preparé un bocado rápido, me puse mi abrigo negro, pesqué mi bolso y partí rápido a la estación para tomar el tren que me dejaría en París, cosa de llegar antes de la partida de los sacos del correo; el mío se iba allá, donde termina la tierra y comienza la eternidad.

 

Martes 27 de diciembre del 2022

 

Me levanté a las siete, dormí ocho horas de un tirón.; cosa rara porque de costumbre es a eso de las cinco que me levanto todos los días.

Me pregunté, ¿cómo es posible que nuestro cerebro almacene tanta porquería de la que no nos podemos librar, y que nos sea imposible tirarla definitivamente a la basura?

Lo único que deberíamos guardar son los recuerdos sublimes y eternos, pero estos se mezclan a cada instante a los malos, y estamos en permanencia haciendo la selección.

Pensé que los únicos que se salvan de ser acosados por los recuerdos pestilentes son los enfermos de amnesia o los que padecen de Alzheimer, pero tampoco esas horribles enfermedades aportan la paz, ni es una gracia, porque junto con borrar los malos recuerdos se les borran los buenos así es que estamos todos condenados a estar en alerta en permanencia para que ese cúmulo de basura que no tenemos forma de tirar al basurero central, nos deje espacio para guardar nuestro recuerdos eternos y maravillosos.

Carmen Gazmuri.

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