EL MÉDICO Y EL INTELECTUAL : MUNDO FELIZ Y RECUERDO : CLARA LIBRO-SCRIPT
CLARA CONTRAPORTADA PORTADA CLARA
EL MÉDICO Y EL INTELECTUAL
Estimados Lectores de lengua hispana:
Este corto programa fue hecho para mí, lo que me interesa no es el eterno problema del racismo, sino la entrevista a estas dos eminencias que proponen “une forma placida y casi feliz” de afrontar el escándalo absoluto que es la muerte, para terminar con lo interesante que dijo al final del programa Regis Debray, que la muerte es algo individual.
Que un intelectual de primer orden, se descarrile, sueñe con su mundo feliz, el de él por supuesto, que lo lleve a escribir o emitir teorías con las que no estemos de acuerdo es normal, la dialéctica permite la confrontación de ideas, y los anarquistas vamos ms lejos, aprovecho de contarles una anécdota de nuestro Pío Baroja, que al entrar al café, les dice a sus amigos, “¿de qué se discute para disentir?
Lo que no soportamos de un médico, su postura estratégica individual para afrontar la muerte no debe cegarlo en el juicio sociológico-crítico que es imposible que no vea en su ejercicio diario.
Podemos pensar que su “mentira social” a la Simmel , lo obliga a ejercitar la hipocresía porque de lo contrario le censurarían el programa, en la televisión esta todo controlado y es el director el que manda.
Es abismante la “opinión” laudatoria hacia el personal hospitalario de este médico que vive en su mundo feliz.
En fin, no pude quedarme muda.
Ya sé lo que dirán, que estoy influenciada por lo que viví, la tortura premeditada que cometieron con mi madre, rehusándole los cuidados para arrojarla a la muerte ! ¡Yo no lo niego! ¡tienen toda razón! ¿Han visto ustedes a su madre torturada por un falso médico?
¿No? Entonces cállense. Cada persona tiene su experiencia esa es la única valida. El testigo ocular es algo único en un proceso. Solo que aquí en Francia me amordazaron, pero no aquí en mi sitio literario.
Un individuo no hablará ni escribirá que de lo que ha vivido y el resto de la sociedad que se calle si no han vivido el horror.
Es claro que si no hubiese asistido al asesinato premeditado que practico ese pérfido en el cuerpo sufriente de Mamá, si no hubiese estado presente sus 8 días de agonía, como testigo ocular de primer orden de su sufrimiento y del pérfido doctor B.K. y sus tres cómplices, yo seguiría pensado que existen “buenos médicos” y que estamos rodeados de personas bondadosas, lo único que debo contestarles que aunque haya quedado traumatizada hasta el fin de mis días, tal como un traumatizado de guerra, un soldado, no un “refugiado” entendámonos bien, un verdadero sufriente de combates, no de estos regaloneados que llegan como inmigrantes de lujo (didascalia) no escribiría la descripción del horror absoluto que puede sufrir un ser humano, asistir a la tortura y asesinato de su madre ¡si esto no es una guerra díganme lo que es!
Lo importante es la resiliencia, lo importante es que no me dejé arrastrar por la más mínima depresión, no tomé ningún calmante y afronté el asesino, que haya perdido ese falso juicio tampoco importa, aquí estoy presente.
Espero estar bien viva hasta que llegue ese momento catártico en que sea yo la que sepa que ese monstruo se ha muerto. De los otros tres no tengo mucha esperanza porque son más jóvenes que yo y que el asesino de Mamá: “le Docteur Traître-Tant”.
Será justicia el que sea él el que se vaya al infierno junto con sus tres cómplices, espero con ansias que alguien venga a contármelo, será un día de gloria. ¡Como tiene mi edad, le queda bien poco! Después podré morirme tranquila.
Volviendo al programa, el angelismo de este doctor es emocionante, si hubiese visto la ronda de esas enfermeras que se reían en el corredor mientras Mamá agonizaba, y la risa y frases obscenas del doctor jefe de Servicio Z., pienso que tal vez lo negaría para poder seguir haciéndonos creer que su hospital francés es un ejemplo mundial.
Cada vez que escucho a médicos e intelectuales edulcorados me asaltan dos sentimientos ambivalentes, la náusea y la ira saludable, esa que nos despierta el espíritu crítico, porque en mares placidos es fácil nadar, lo difícil es atreverse a tirarse al océano en plena tempestad y el mar es como la vida. Es por eso por lo que lo quiero tanto.
No les haría mal leer mi libro Script: CLARA.
Carmen Gazmuri Cherniak
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