FIN Y COMIENZOS – ARTE= ¿ BASURA?
FIN Y COMIENZOS
ARTE = ¿BASURA?
In, MEMORIAS: mi vida literaturizada de Chile a Francia.
Cuando papá murió el 19 de noviembre de 1979, Mamá dejó el piano. En silencio lo vendió. El gran piano negro de concierto Grotrian- Steinweg.
En silencio absoluto también, la vi desgarrar todas las partituras que la
acompañaron una vida entera de piano, la mayoría amarillentas del tiempo pasado, algunos libros con las puntas usadas de tanto ser abiertas y cerradas, partituras que partieron desgarradas, como lo estaba su dueña, en inmensos sacos negros de plástico, sacos de basura que mama comenzó a empilar lentamente en la vereda esperando el camión de la basura que viniese a cogerlos.
Yo la observaba espantada.
Cuando le conté esto a una amiga aquí en Francia, (en esa época yo no conocía aún a la gente, estaba recién llegada y hacía eso que llaman “vida social”) ella me preguntó: ¿y no se lo impediste?
No, le respondí, porque en ese entonces, yo era aún muy obediente, bastante tímida, la vida aquí en Francia, en combate permanente, me volvió diferente porque no solo debí defenderme sola, sino más encima defender a Mamá que era totalmente ignorante e indefensa para vivir la vida práctica, si no hubiese estado a su lado a cada instante, la administración francesa la hubiese pasado por una moledora, no habría sobrevivido más de dos horas, porque Mamá fue siempre protegida, pasó, aun adolescente, de la protección de sus padres a la de mi padre, y naturalmente después de su muerte, a la mía, que la defendí como una leona de las garras de la administración, claro que no pude defenderla del asesino y sus cómplices, porque un infarto es una sorpresa y ante un desastre repentino, hay que estar preparada, y ese asesino nos engañó, creímos en él y resulto ser un traidor, es por eso que lo llamé “Médecin Traître-Tant”.
Vuelvo al asunto del piano.
El camión basurero pasó temprano por la mañana, los inmensos sacos negros de basura partieron con todas las particiones de medio siglo y para colmo, Mamá hizo añicos grabaciones y la criticas de los periódicos críticas de sus conciertos, según ella, ya nada tenía valor sin papá.
Según Mamá, la música se desvanece, y sin Papá ya nada tenía valor ni merecía ser eternizado. A mis veinticinco años, no tenía aún la experiencia de vida para contradecirle nada, porque ese entonces, a la muerte de mi padre, comenzó mi verdadero despertar, sin su apoyo, sin sus consejos, debí enfrentarme yo sola a las mismas mafias que lo persiguieron a él durante toda su vida.
Yo jamás escuché a Mamá decir una palabrota. Mamá no tuvo nunca crisis de “histeria”, Mamá nunca se enojó, cuando algo malo pasaba como por ejemplo, cuando yo me enfermaba con fiebre, lo que la desesperaba, lo único que decía era: “¡por dios, dios mío, otra vez, pero qué vamos a hacer, esta niñita otra vez enferma!; Mamá, era diferente a todas la mujeres, de carácter sumiso fue siempre silenciosa, como la mayoría de los músicos, ella siempre me dijo que cuando era bebé, dormía plácidamente y creían que estaba muerta, iban a verla y no lloraba jamás; luego cuando yo nací, me contaba siempre riéndose que ella se vio forzada a hablar, porque yo era todo lo contrario y no paraba de hablar así es que ella debió violentarse, para comenzar a “conversar” con ese bebé que ella trajo al mundo.
No debo decir como Cioran “el inconveniente de haber nacido”, porque ofendería a Mamá que puso todo su ahínco en traerme al mundo, así es que me lo callo, me da miedo hasta el escribirlo, aunque lo piense, lo dejo para la “literatura”, porque ustedes saben que la verdad es que es un bien difícil inconveniente el haber nacido, y como no me preguntaron, y que en ese entonces , nadie conocía ni podía imaginar en lo que convertirían Francia, es mejor no desarrollar el asunto, como decía don Quijote: “más vale no meneallo Sancho”.
Fue así como nuestro gran salón quedo vacío.
El piano, el inmenso piano de concierto había sido desalojado, las particiones no harían nunca mas resonar la maravillosa música que salía de Mama; Ella forzó un silencio total.
Muchas veces he pensado que yo debería hacer lo mismo que Mamá.
Muchas veces he pensado lo que pasaría por mi mente si me decidiese a quemar todos mis cuadros, mi biblioteca y borrar de mi “disco” mis escritos. ¿Saben lo único que me ataja? Joderlos.
Porque las mafias que me impiden exponer y publicar estarían más que felices.
Yo siempre pienso que, si en ese entonces no le impedí a Mamá deshacerse de su piano y romper todas sus particiones, grabaciones y críticas, fue porque yo intuía, que era una buena solución, porque cuando un artista muere, y si no ha tenido “el reconocimiento” merecido y peor, si no ha dejado una descendencia fiel y respetuosa para con su obra, son otros mafiosos los que van a venderla y que van a aprovechar lo que debió aprovechar el artista en vida. A mi me importa un bledo la “Gloria Post Mortem”, es en vida que interesa recompensar a un artista como se lo merece. Este tema, lo dejo en suspenso, pero no dejo de pensar en destruir todo, seria genial, tal como lo hizo Mamá con su piano y sus particiones. Que feliz estaría sin nada, ligera de equipaje para mudarme sin pensar en pagar el camión de mudanzas, porque por el momento, mi casa parece la de una familia numerosa. La CAF , por ejemplo, debería tomar conciencia de que lo que tanto me critican, es como si tuviese una familia numerosa, las instituciones me niegan todo, porque no tuve hijos, despojándome de derechos porque soy soltera y porque no quise tener hijos, tengo en cambio un montón de cuadros que se amontonan envueltos en papel “bulle”, y que lo único que me dan son preocupaciones, primero de cuidarlos, para pintar necesito una pieza, no se puede pintar en el mismo lugar donde se vive o se duerme, porque primero un pintor necesita un espacio mínimo para pintar, luego la pintura al óleo es tóxica para los pulmones y amanecería muerta, pero esto no lo quieren asimilar los que disponen de las atribuciones de los HLM , para ellos, una vieja de 69 años no necesita más de 15m2 , para poner su cama, una mesa y su televisión. Y, yo televisión no tengo, lo único que veo es la Arte en mi computador, pero no en directo porque no voy a gastar en abonos mensuales. Pobres imbéciles, y como no soy refugiada ucraniana, todo lo que argumente en mi defensa cae al agua. Decidí no hablar de mí, y con nadie, y menos aún defenderme como artista, porque no me ven, para Francia yo no soy ni pintora ni poeta, no soy nada, soy la mujer INVISIBLE.
Callarse, es lo más sano y económico. Lo peor con mi asunto de mis cuadros es que si los dejo ahí, luego de mi muerte que se acerca para pronto, son otros los que van a venderlos y a aprovechar y eso: JAMAS.
El otro día me fui a informar cuanto cuesta llevar a un basurero público una camioneta llena de cuestiones que deben quemarse, me preguntaron de qué se trataba, les dije hay 63 cartones de libros, material de pintura, cuadros y cartones de radiografías, con resultados médicos de hace cuarenta años, me dieron el precio. No es muy caro. Sigo pensando.
Tal vez me decida. Tal vez lo que hizo Mamá para consigo, hace cuarenta años ha sido una de sus decisiones más inteligentes, porque Mamá era terriblemente práctica, y sabiendo que nuestra vida está limitada a años precisos, es demente querer conservar tanto material artístico que no sirve para nada. Lo único que me retiene es no darle gusto a las mafias que me odian aquí en Francia.
Sigo pensando…
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