CARMEN FLORENCE GAZMURI-CHERNIAK

Escritos literarios – críticos, anuncios de nuevas publicaciones, libros editados. Artista-Pintora. Telas al óleo, gouaches y dibujos

Skip to: Content | Sidebar | Footer

Puede ponerse en contacto con Carmen Gazmuri-Cherniak a través
del formulario de contacto en el sitio.

FRAGMENTO P.57 ¿SABES…? VOY A MORIR DENTRO DE QUINCE DÍAS

23 Febrero, 2023 (10:06) | Non classé

 

¿SABES…? VOY  A MORIR   DENTRO DE QUINCE DÍAS

 

[…]

P.57

 

J.: acabo de llegar del aeropuerto me vine directo, cuéntame ¿qué pasa?

E: nada, siéntate, ponte cómodo, traigo al tiro lo que te preparé, cuéntame tu cómo se pasó al fin tu historia,¿ fuiste con tu secre?

J.: como siempre, una vez terminado todo pasé lo peor, ¡la sesión de firmas!

E:  si, pero eso te sirve, ¡la pub mon vieux!

J.: si comprendí bien, ¿estás enferma, pero dime ¡¿qué pasa?!

E.: ¿enferma? No, no es “enfermedad” es una dolencia desconocida, eso que llaman “maladie orpheline”

No se sabe nada… Mira tengo horror de hablar de enfermedades, si hay algo que aborrezco es de la gente que pasa su tiempo contando sus dolores, me dan ataque, no los soporto. Lo que me dijo el médico es que no tiene remedio porque no se conoce nada, como te van a dar datos o remedios de algo desconocido, lo único que se sabe es de la manera como me vos a morir eso fue lo único que me interesó del asunto, para tomar mis disposiciones.

J.: ¿disposiciones? ¡Pero, lo que debes hacer es mejorarte!

E.: ¿estás sordo o qué? Te digo que no hay nada que hacer, sino dejarse llevar, al cabo de quince días más o menos, digamos que el límite es conocido, no más de quince días de vida me quedan a mi haber, mi vida se apagará, algo así como cuando cortan la luz en tiempo de guerra, o cuando la gente no paga la factura, será indoloro, primero me quedaré ciega, luego sorda, muda después, no sentiré el gusto, perderé el sentido olfativo es decir perderé todos los sentidos, la sensibilidad se apagará, lo último es una crisis total de astenia, una incapacidad para caminar, desplazarse, moverse, y el fin llega así en un total apagón de la vida.

  1. de temperamento calmo pensativo y mesurado en sus reacciones, quedó aplastado al escucharla.
  2. Te hizo preguntas sobre tu salud el tipo ese… que se las da de médico, se interesó por ti supongo…

E.: claro tiene mi carpeta médica, y las preguntas volvió a repetirlas es “el protocolo” como si no me conociese, está obligado a volver a preguntar las mismas idioteces que ya sabe de memoria, me conoce hace veinte años y vuelve a preguntarme lo mismo ¿Tiene cancerosos en su familia?, no, ¿ha tenido cáncer usted? No, ¿es diabética, no doctor, todo lo contrario tengo una hipoglicemia, debo consumir muchas proteínas, lo que no hago, y ¿el colesterol? Bajo, doctor  porque no como frituras, ni grasas, así es que ni cardíaca, ni enferma de nada. ¿Remedios?

Ninguno, solo soy adicta a la homeopatía y a la fitoterapia.

Para su médico el echarse a la boca cuatro veces al día esos granillitos minúsculos o la gotitas de la solución de hierbas es tomar agua, ella adicta a las plantas, para sus pequeños” bobos” prefería no discutir, la cura por medio de plantas era cosa habitual antes, la China miles de años antes que el Occidente curaba por medio de plantas, la ayurveda hindú sobrepasa todas las terapias occidentales, si tuviese dinero Edurne se daría un viaje a la India, pero seria un asunto perdido, solo ganaría en bienestar y además ella no sufría de ningún dolor físico.

Y, además el poco tiempo que le quedaba le hizo pensar que seria un gasto de dinero inútil, porque la Ayurveda no le daría más que bienestar físico, no impediría su muerte inminente dentro de quince días, y ella ya había programado su viaje hacia otro país. De eso no le diría nada a su amigo.

El único detalle es que me anuncian que dentro de quince días no existiré más, así es que tomé mis disposiciones es decir anticipo las que ya había tomado hace ya bastante tiempo, porque lo único que importa es estar preparada.

J.: y ¿cuáles son esas “disposiciones” se puede saber?

E.: no, eso no te importa.

Edurne no quería ser desagradable ni cortante con su amigo, pero le molestaba su solicitud, como si tuviese piedad de ella, porqué, es lo más normal tener que morirse.

Lo ven como algo anormal cuando es de una normalidad aplastante.

Edurne se sorprendió pensando que todo lo que hasta hace poco era algo importante se desvanecía. Lo único que acudía a su mente era la premura.

La rapidez, el plan perfecto de su organización.

Para empezar lo religioso, si hasta entonces era algo fundamental para ella no existió en ella ni una brizna de preocupación religiosa. Qué absurdo se dijo, que la gente pase su vida angustiándose por cuestiones tan terribles que como el pecado, les encierran el cerebro en complicaciones espantosas como si la vida fuese eterna, se angustian con mas problemas de los ya existentes; con solo mantenerse en vida, ya  tenemos bastante.

La llegada de la muerte, en vez de darle miedo y volverla más “espiritual”, la volvió pragmática, insensible, y aterradoramente práctica.

Que no le viniesen con cuestiones místicas. Por favor, era lo que les faltaba. Que se lo lleven a otra se dijo, no a mí. Verán ahora quién soy verdaderamente. Aunque pensase que traicionaría a sus padres, ese pedacito de vida que le quedaba, era de ella sola.  No, no había traición a sus padres, bien por el contrario, ese sería su agradecimiento a la vida, ese vivir a fondo como ella lo quería. Para empezar, tomaría el avión y no le diría a nadie ni su destino ni como planearía sus quince días. Por suerte la agencia de viajes no sabría nada.

No siendo una enfermedad contagiosa, más ignorada e invisible, estaba al resguardo de posibles molestias.

J.: yo voy a ira a ver ese tipo que se las de médico, va a escucharme ese, a mi va a decirme la verdad.

E.: tú no irás a ver a nadie, de qué verdad hablas? El ya me dijo la verdad, moriré dentro de quince días.

Pero, me dejas helada ¿qué te crees? Tú no eres responsable de mí, mi médico sabe que soy sola y que no tengo a nadie, en la hoja de pasaje firme que en caso de muerte súbita no deben an anunciarle mi muerte a nadie mas que a las pompas fúnebres y al cementerio, dejé todo bien pegado en la puerta de entrada, con mis disposiciones y mis últimas voluntades, así es que te quedas bien tranquilo, como es tu costumbre, ¿por qué vienes a alborotarte así?

El no es un médico cualquiera, me conoce, trabaja en una clínica, no en un hospital público, es un tipo serio, sabe perfectamente que yo soy la única responsable de mi vida , hoy por hoy se le dice la verdad a los pacientes, pon te en la hora , ya no se les esconde la verdad a los pacientes, especialmente si no tienen familia.

J.: Y como está tan seguro de su diagnóstico si además como tu dices es una “enfermedad desconocida”

E.: es desconocida, pero se sabe diagnosticarla, no curarla. Es por el resultado de mi examen de sangre que él esta mas que seguro.

J.: ¡Ah! Vaya entonces se sabe bastante de tu famosa enfermedad, una enfermedad de la cual no sientes ningún dolor, yo nunca había visto esto, “cela me dépasse”

E.: hay muchas cosas que te van a dejar bien fuera del margen de lo habitual

J.: ¿por ejemplo?

E.: debes figurarte, tu que tienes tanta capacidad de análisis, no dejes tu filosofía para tus ensayos y tus conferencias, ¡aplícala!

J.: ¿Y, yo, Yo estoy implicado en este asunto, ¿no?

E.: no, ¿implicado? ¿Tú? ¡Por favor ¡

J.: y ¿qué voy a hacer yo?

E.: No, tú no harás nada, como siempre… No son las “nanas” las que te faltan, irás a ver a una de tus tantas. Yo pasaré al cajón de los olvidos oficiales.

Pasemos a la mesa, mira tengo un hambre de lobo.

Se sentaron frente a los platos que Edurne le había preparado, desplegó sus talentos culinarios, por fin podía compartir lo que ella sabía tan bien cocinar, tan bien como su pintura, se acordó de lo que su padre siempre le había dicho, la pintura es como la cocina. Cierto, ingredientes medidos y precisos es igual a la preparación de la paleta, luego el mezclar los ingredientes, no se debe cometer ni una sola falta, el tiempo de cocción es también fundamental.

Mientras pensaba en todo esto, el le interrumpió cuando le dijo

Comes demasiado rápido

E.: Déjame, hace dos horas que estoy mirando los platos esperándote, el hambre no me dejaba tranquila ya sabes como me pongo cuando sufro de hambre.

J.: Mira, me vine directo del aeropuerto, no es como tomar el metro…¡no llegué hasta aquí en helicóptero!

E.: yo lo sé, no te hago ningún reproche ¿te he reprochado algo alguna vez? lo miró con aire reprobador

J.: bajó la mirada, No… Le respondió. Entonces, no me reproches tú, el comer de prisa, tengo hambre y basta.

Discutir de estas estupideces cuando dentro de quince días no masticaré ningún alimento…

Entonces J. se levantó de la mesa y la abrazó en silencio, esos silencios de él. Entonces Edurne pensó con una rapidez fulgurante, con la rapidez del rayo en lo que sentía cuando él la abrazaba, eso daba para un escrito literario…

[…]

 

Carmen Gazmuri Cherniak

 

 

 

 

Write a comment

You need to login to post comments!