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         «LA GAZMURI»

 

“Je me souviens d’antiques doctrines, et de voix patientes qui me désapprenaient l’amour de moi-même ; enfin, je me dis : c’est certainement là l’enfer »

                                           Giorgio MANGANELLI

                                                         L’ENFER

                                                          (P.9)

                                      

Estimados Lectores:

Una SERPIENTE del síndico, no tapó el auricular y la escuché nombrarme así a sus colegas: “c’est pour toi, c’est LA GAZMURI”

¡Que distinguido lenguaje ese de las SERPIENTES! ¡Es así como me nombran las mujeres de la administración!!!

LA GAZMURI…

 

Yo decidí no llamar nunca más a ninguna administración, ayer cometí el error de llamar a la CNAV, la Caja de Jubilados, nunca más, me lo merezco por idiota.

 

¿Y ellas qué son? Pobres miserables solo capaces de comadrear, fumar y reírse en los pasillos grisáceos de oficinas grisáceas, que terminaran sus vidas jubilando a los 65 años, añejas y avejentadas, morirán sin dejar nada, desapareciendo en la nada.

Yo seré “La Gazmuri” de acuerdo, la anarquista que no acepta malos tratos y que exige respeto, pero yo a la diferencia notoria de ellas, aprovecho mi vida pintando árboles, naturalezas muertas, desnudos y escribiendo poemas y ensayos críticos, aunque la despensa esté siempre vacía y el refrigerador lleno solo una vez al mes, ¿qué importa?

Lo único importante es trabajar el arte.

Es así como me llaman las SERPIENTES de la «administración” cuando me veo obligada a llamar por teléfono por alguna cuestión administrativa, ahora que no tengo teléfono, pedí un préstamo pagado muy barato a cinco euros al mes por un móvil y por sólo tres meses. Una vez que termine con mis trámites no me será más necesario.

El móvil es necesario para pedir hora al médico o al dentista, y como yo no estoy nunca enferma y que al dentista se va una sola una vez al año, para eso no se necesita gastar en teléfono, las personas solitarias como yo no necesitamos engrosar las cuentas bancarias de los industriales pagándoles la Box o el móvil.

Un señor del banco fue el único que me comprendió, “por supuesto, consulte su cuenta en el distribuidor, está muy bien que no tenga teléfono, no se invente necesidades pagadas que no necesita”.

La jubilación la recibo una vez al mes y los pagos son automáticos también una sola vez al mes.

¿Para qué tener teléfono?

Además, las cuestiones administrativas no se realizan por teléfono sino por carta, debe dejarse siempre un trazo escrito es algo de Perogrullo jurídico.

Y así dicen que soy una “desconocida”.

Parece que soy bien conocida…

Deben saber que esta especialidad lingüística con que me demuestran un desprecio congénito las mujeres y los “poco hombres “de la administración es algo que se produce únicamente en París y en la región de los suburbios de l’Ile de France”

Porque en provincia, nunca me han faltado el respeto.

Por ejemplo, en Bretaña sin siquiera haberme visto, todas las personas de la administración se comportaron con una extrema educación; el desprecio y la falta de maneras es una especialidad parisina y de sus alrededores.

Irse a provincia es como vivir en otro país.

Es la verdadera “vieille France”, civilizada.

Todo cambia, todo es distinto y, sin embargo, es Francia.

Algo muy especial ocurre en la capital y su “banlieue”.

Lo peor se siembra y se cosecha aquí.

Dios quiera que salga luego de este infierno.

¡El año 2023 llegará dentro de 24 horas!

 

Carmen GAZMURI