SUMISIÓN Y EGOÍSMO
SUMISIÓN Y EGOÍSMO
SABER DECIR NO A LAS MULTINACIONALES
Estimados Lectores:
Acabo de ganar mi primera batalla contra la Electricidad de Francia, y la gané sola, ahora estoy esperando confirmarlo en el Tribunal.
Eliminé absolutamente todos los electrodomésticos y si pudiera volvería a la época de piedra, haré resistencia hasta que le dejen en paz.
Ahora que las elecciones presidenciales se acercan, son los periodistas y no los filósofos y sociólogos lo que analizan bien superficialmente el derrumbe de la izquierda. Podrán como siempre, dedicarse a sus análisis históricos, saldrán victoriosos con cifras, fechas y datos, si n tocar para nada los elementos intrínsecos de esta pérdida total de fe, vitalidad e interés por las ideas de izquierda.
La estrategia para efectuar un hipotético resurgimiento en este continente, nada tiene que ver con lo que ocurre en otros países de América Latina, el pasado histórico difiere diametralmente y aquí, no es solamente la flagrante ausencia de líderes la causa principal sino la resultante de la sumisión espiritual y del egoísmo societal.
Es una cuestión dada que nadie aceptará el ejercer la autocrítica. Lo peor en Francia es que quieren hacer resucitar la izquierda con gente sin cultura, sin capacidad oratoria en fin sin talento para dedicarse a la política.
Esto respecto a los probables gobernantes, van de las domésticas arribistas, a los más presuntuosos y borrosos en el plano de las proposiciones pragmáticas y no es en estos últimos la tara por falta de ejercicio profesional sino porque simplemente no tienen talento. Se equivocan si creen que el talento es una cualidad accesoria, ella es fundamental en política. En la derecha nos encontramos con banqueros y mujeres contables, puros administradores y gerentes salidas de la Escuela de Administración, pero unas perfectas nulidades como personalidades intelectuales, si alguien quiere dedicarse a gobernar un país, sin cultura y sin talento su derrota es un hecho confirmado de antemano.
Si nos vamos a analizar la sociedad a partir de los candidatos; deberá, íes sometida y egoísta, no queda ni une brizna de “solidaridad” que dos o tres asociaciones se consagren a los inmigrantes y los salven de morir ahogados en el mediterráneo no hace el resurgimiento de movimientos fraternos y que trabajen por intereses comunitarios, el 2 o el 3% en los sondajes son más que evidentes y claros ejemplos de mi afirmación.
Sería bien interesante trabajar en una estrategia común, pero ésta va al vacío con gente presuntuosa, perezosa y que antes de comenzar ya están pensando en la derrota y cuando participas te catalogan de idealista: “muy bella tu proposición, pero nadie va a acompañarte, aquí no estamos en Chile” …me dijeron…” Las ideas no tienen limite geográfico les contesté. Para comenzar el sócalo societal donde deberíamos trabajar es una pura cuestión de educación política y esta gente no la tiene. Es por eso por lo que “los programas” los tractos, ni siquiera los leen.
Si un candidato de izquierda quiere imponerse y salvar a los millones de pobres de la esclavitud, de la miseria y sacarlos de los efectos nocivos de este nuevo capitalismo y mundialización, será necesario antes de intentar convencer y vender “el programa” el dedicarse a preparar el terreno mental, con gente vendida a los industriales esto no será posible.
Esta gente está idiotizada, enviciada con los juguetes mortíferos de la informática que nos extirpan nuestro pobre dinero para subsistir, y me cuento entre la masa de pobres, ya sea porque ellos lo son de nacimiento y que deben arrastrar esta lepra que es la miseria de generación en generación o que como yo, entramos forzados al terreno de la miseria, por esos que llevan las riendas de la gobernanza: los salvajes de las mafias de las administraciones y los industriales, dos pestes mundiales que hay que combatir y defenderse de ellas tan ferozmente como ellas nos persiguen.
Esta gente necesita como en los antiguos tiempos de la América Latina una poderosa “alfabetización”, hay que educarlos a saber defenderse de las multinacionales, habría que sacarlos de la hipnosis de los objeto conectados y usurpadores de dinero y si por cuestiones absolutamente necesarias deben utilizarlas, estos objetos deben reducirse a lo estrictamente necesario impuesto por los empleadores en el ámbito laboral.
Cuando veo que el país entero no lee pero que viven conectados a los smartphones, yo me digo que aquí no hay la más mínima esperanza de hacer triunfar las ideas “de izquierda”
Une efímera conversación de unos minutos con una persona les servirá de ejemplo.
Ella me pregunta: “y; ¿no tiene Smartphone?
No, me respondí, ¿Por qué debería someterme a ese aparato infernal? ¿que no se puede comunicar, conversar y discutir de otro modo que por medio de ese aparato consumidor de nuestros pobres y miseros centavos?
La veo apegada a su smartphone como si fuese un injerto pegado al cuerpo proveedor de oxígeno.
Estos industriales no solo acaparan el dinero de la pobre gente que adolece no solo de pobreza material sino esencialmente de pobreza de espíritu.
La inflación comienza a hacer estragos en los hogares pobres, es un crimen que esta sumisión a los industriales los haga disminuir aún más sus recursos, prefieren no alimentarse, pero pagar cuentas a los proveedores de portables.
Yo renuncié definitivamente al smartphone y dentro de pocos meses, en cuanto expire el contrato, renunciaré a la Box, en estos dos “servicios” los hogares gastan alrededor de 80€ mensuales, con una jubilación de miseria de 800€ hay que ser inconsciente o idiota, más bien las dos cosas juntas para desembolsarle a estos usurpadores de dinero nuestros pobres recursos para sobrevivir.
Todos estos industriales traga-dinero se han hecho multimillonarios gracias a su poder de hipnotización mundial.
A mi me perdieron para siempre.
Que vendan sus materiales y servicios entre ellos, que vendan sus servicio a sus colegas comerciantes, no nos vengan a idiotizar con sus ventas forzadas de utensilios alienantes para deformar la mente de sociedades enteras.
Cuando me critican por no tener Smartphone y que me preparo para renunciar a la Box, les digo yo no soy médico ni trabajo en la policía, ¿por qué debería pagar ese aparato demoniaco?
Mientras los cerebros estén “conectados “desde la infancia no hay la más mínima esperanza de hacer resucitar las ideas de izquierda.
Ser autogestionaria es el principio básico de austeridad para que se despierte une nueva conciencia social de resistencia a los usurpadores de dinero, contra todos estos industriales de las multinacionales.
Convénzanse de que, sin este trabajo societal básico y preparatorio a todo cambio político no se logrará avanzar y persistirá ahondándose el rebajamiento intelectual, la ignorancia y la inercia en la que se duerme la sociedad francesa.
Nadezhda Carmen Gazmuri-Cherniak
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