TODO ESTÁ PERMITIDO ¡LO BELLO NO EXISTE!
Exercice copie de Nadezhda Carmen Florence Gazmuri a sus 16 años en el taller de Hernán Gazmuri.
TODO ESTÁ PERMITIDO
Estimados Lectores,
Sin Malraux ni André Lhote, sin mi maestro, el pintor Hernán Gazmuri, al que le debo el ser pintora y el ser quién soy; todo está permitido: los muertos, aunque invencibles, ya no son los testigos que pudiesen venir a salvarnos de estos espantapájaros de la cultura…pero, dije ¿CULTURA? ¿De qué cultura habla usted?
Ayer, quedé atónita al escuchar al señor Onfray hablarnos en nombre de nuestro André Malraux, aunque él haya dicho esta frase tan conocida “la question du beau est un faux problème” hay que haberlo leído en su totalidad, para no ensayar de aventurarse a tomar su frase como ley estética universal y es preciso adaptarla al contexto.
EL señor Onfray tiene razón desde su perspectiva única de lo que es el arte plástico contemporáneo, y sus adeptos que, sin cultura plástica, lo siguen embobados.
Estos son los que pueden entrar perfectamente en esa teoría del culto de lo feo, ahora vuelven al siglo pasado para ponerse a adorar el arte negro o precolombino, para ponerse a imitarlos, ¿es una nueva manera de oponer las obras del Renacimiento a arte negro o, a los grafitis que tienen ya ganada su entrada triunfante en la bolsa?
Esta querella esta ya bien superada, ahora sin teorías, en desconocimiento total de las Invariantes Plásticas de André Lhote, todo está permitido; es tan difícil ponerse a estudiar las teorías plásticas que han optado por ponerse intuitivamente a pintar “como cantan os pájaros” (André Lhote) o mejor aún ¡¡ como los párvulos!! y entrar así fácilmente en los catálogos del nuevo Arte contemporáneo: grafitis, telas pintadas con “brocha gorda”, artefactos, telas vacías, todo está permitido, entramos en la nueva era de la ignorancia, de la facilidad, del culto de lo FEO, y del instinto supremo.
Para el Señor Onfray y sus seguidores del Arte plástico contemporáneo es el culto de la fealdad, lo que cuenta, ya no debemos hablar de “cuadros”, hay que referirse a ARTEFACTOS, los que entrarán en los cánones del nuevo arte contemporáneo, aprobado por el señor Onfray, mientras más feos sean, más crédito tendrán estéticamente hablando, suponiendo que la estética exista, naturalmente, porque según él LO BELLO NO EXISTE, son nuestras malas costumbres culturales, nuestro pasado en el que nos inculcaron falsas “ideas plásticas”, según él todas erróneas y las que nos limitan; las verdaderas trabas culpables de nuestra “limitación” y que nos impiden “apreciar” este nuevo arte contemporáneo y es únicamente debido a nuestra limitación estética, a nuestra falta de “sensibilidad” y de “verdadera cultura plástica” las que nos ponen un impedimento “sensible” que él piensa borrar para inculcar la suya, su teoría será la que nos abortará esta perniciosa idea de buscar lo BELLO, porque según este ensayista, los artistas nunca han buscado LO BELLO en sus creaciones.
Que se quede en las cavernas de Lascaux, allí es cierto, que lo bello salió naturalmente sin que su objetivo fuese la búsqueda estética, sin embargo, ¡salió lo bello a pesar de ellos mismos!
Es como decirle a un instrumentista que se pase del pentagrama, hoy por hoy, los únicos qu pueden llamarse “artistas” son los intérpretes, y los bailarines; los autoriza las horas y horas de entrenamiento en la barra, siete horas trabajando sin cesar las partituras antes de un concierto.
Estos teóricos de un supuesto Arte contemporáneo son los que nos majadean con un nuevo arte democrático, a la altura de cualquiera, de fácil acceso, un ARTE PARA TODOS, pasamos por el BAC para todos, con el resultado catastrófico que vemos, crearon lanchadas de jóvenes que no tienen ninguna preparación, ningún diploma, crearon inútiles, zánganos cesantes para toda la vida, ignorantes con pasaportes válidos para pasearse por el mundo entero con visas de redomados diplomados del VACÍO, porque el trabajo manual fue menospreciado, para poner como único objetivo los estudios intelectuales universitarios, para los cuales, pocos estarán capacitados y esto se sabe en el colegio, antes de que entren en la enseñanza media.
Mientras más feo sea un “artefacto” o una “tela groseramente pintada” sin teorías, mejor será y tendrá su entrada asegurada “al Arte contemporáneo”, porque estos modernos aborrecen “las teorías”, hay que dejar libre “el instinto” y despojarlo de toda teoría, de todo conocimiento.
Yo me hastié de ensayar de resucitar la verdadera pintura, yo ya no intento mós ensayar de compartir, de ensenñar la más alta tradición de la pintura moderna francesa, porque no basta “leer” las teorías de LHOTE, no basta estudiar sus “Invariantes Plásticas” , primero es necesario un maestro, aquí en Francia no existe nadie, hay que ponerlas en práctica, trabajarlas una vida entera, y es lo que hago, deje de intentar de hacer permeables las sensibilidades apagadas; yo fui una privilegiada que a mis dieciséis años, el pintor Hernán Gazmuri me dejó entrar en su Taller Libre creado a la manera de André Lhote, allí recibí la enseñanza de Lhote de primera mano, es esa la que me nutre, guía y que me da la fuerza para renovar mi trabajo plástico hasta que me muera, yo sigo fiel a mi misión, hacer renacer la pintura moderna cada día, con un nuevo aliento, renovándose cada día ese pentagrama plástico que nos da la llave par modernizar sin cesar nuestra visión moderna de LO BELLO.
Nadezhda Carmen Gazmuri-Cherniak
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