CARMEN FLORENCE GAZMURI-CHERNIAK

Escritos literarios – críticos, anuncios de nuevas publicaciones, libros editados. Artista-Pintora. Telas al óleo, gouaches y dibujos

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VICIOS Y VIRTUDES

5 Enero, 2023 (14:41) | Non classé

 

 

 VICIOS Y VIRTUDES 

 

 

EL “MÉDECIN TRAÎTRE-TANT”

 

 

             Y SUS 3 CÓMPLICES

 

 

            ENVIADOS    A LAS GEMONÍAS

 

Estimados Lectores:

Que aquí en Francia se haya puesto término a la separación impermeable que debe existir entre el vicio y la virtud, es un hecho indiscutible, nadie sería capaz de contradecirme con argumentos sólidos, esos que los abogados llaman “pruebas prácticas demostrables”, “preuves en l’espèce. Este fin de la ética y de la moral es un hecho que soportamos cada día y lo más dañino es que él es recurrente y es por eso que nos envenena la vida; cuando tocamos el tema de la moral de inmediato el vulgo desemboca en el tratamiento de cuestiones de orden sexual, la única referencia a la que acude el vulgo que vive su existencia con el espíritu totalmente perturbado; no, mis referencias van directamente a los estratos más altos de la moral colectiva, esa que puesta en práctica por cada persona, viviendo en sociedad, permitirá el respeto de la dignidad humana, esa que deben poner en práctica los profesionales, esa deontología imprescindible es pisoteada a cada momento por los que practican las “profesiones liberales”, donde sin jefe, y aunque los tengan como los médicos, sus “jefes” son una mafia de alto nivel, muy bien organizada que no cumple la que debería ser su función, y afirmados confortablemente en la cima del Estado, prostituyen la deontología médica, actuando como muro impermeable para esconder sus crímenes, pervirtiendo la ética profesional en ellos inexistente, esta prostitución de una de las más nobles de las profesiones, la medicina, que profesa una sola misión, alejar la muerte, evitar que “la maladie des maladies”(V.Jankélévitch) llegue a sacar de cuajo de la vida al ser humano para llevarlo definitivamente a su negro precipicio, eso es los que debería hacer un médico a cada instante de su vida, poner diques a la muerte.

Con mi ejemplo personal iremos a lo universal; el médico traidor que le negó premeditadamente los cuidados de urgencia a Mamá fue ayudado luego por sus tres cómplices,  la asesinó torturándola hasta hacerla morir,  ese asesino y sus 3 cómplices torturaron a Mamá con premeditación y la más horrenda intención de hacerla sufrir y darle la muerte, y el  jefe de servicio del 5 piso del servicio de medicina interna, frente a la cama de Mamá donde agonizaba, se reía de ella, burlándose con palabras obscenas que me persiguen en el cerebro, tan horrendas como sus risotadas frente a su agonía, quedó bien protegidos de sus actos criminales por esos muros impermeables de los hospitales, estos horribles hospitales franceses.

Esta misma prostitución profesional ocurre en el Derecho, con los abogadillos de pacotilla. Si alguien cree que el análisis de la moral, o más bien su ausencia, la franca inmoralidad se extiende también a cuestiones de orden relacional y afectivo lo acepto, pero para considerar esta cláusula, estaría obligada a cambiar el tema de mi artículo y pasaríamos a analizar las categorías del amor, eso a mí ya no me interesa para nada, ese tema lo desarrollé en mi juventud, redactando mis dos trabajos universitarios sobre la obra de Ernesto Sábato, mi master y mi doctorado.

Luego de esta; introducción con mi leitmotiv paso al tema de hoy, la nueva publicación de mi TESIS ENSAYO.

Ese análisis del amor absoluto fue para la que en su juventud se autorretrató como una eterna enamorada, (lo de eterna, ¡Oh pobre de mí! debió llevárselo el viento) esos dos trabajos universitarios dirigidos por el Profesor Claude Couffon, no fue más que llevar a cabo intelectualmente una exégesis profunda del tema del amor absoluto, en la novela El Túnel.

Esos dos trabajos me extenuaron, di mi vida entera en esas dos extensas redacciones, que las mafias universitarias, celosas y sobre todo sádicas, no les dieron el premio merecido. Sábato con quién correspondí durante años, había leído mis dos trabajos, y lo elogió con creces, cuando supo que no tuve más que la “Mención Bien”en la “memoire de Maîtrise” estuvo furioso y lo calificó de “una infamia”. El Profesor Couffon los trató de sectarios y obtusos porque practicando una discriminación a la “extranjera” que, según él, yo seré eternamente en Francia. Yo no lo creo, aquí son precisamente los extranjeros los que acaparan los puestos que deberían ser reservados a los franceses; Mamá siempre criticó a todo extranjero que venía a instalarse aquí en Francia para aprovechar lo que debe ser dado en primer término a todo francés de souche.

Nosotros, inmigrados, somos los invitados de honor  en este nuestro país de adopción, es así como yo lo entiendo; y para ello debemos demostrar nuestras VIRTUDES, precisamente por ello es que  el que sea una experta en un idioma que para todo francés es bastante o totalmente  desconocido, el castellano, debería dejarme exenta de culpabilidad, yo no le quito ningún puesto a un verdadero francés, bien por el contrario, yo no vine a acaparar el puesto de ningún francés, así es que siempre discutí con el Profesor Couffon, diciéndole que su teoría no me convencía, él se reía, porque le encantaba que me atreviese a contradecirlo.

Yo debería haber obtenido un puesto de maître de conférences en la universidad, eso fue lo que yo hubiese querido, habría podido ayudar a Mamá con mucha más facilidad, y ahora en mi  última etapa de jubilada, no estaría en la miseria, pero, yo no soy de las que va a lloriquear, porque eso es precisamente lo que quisieron las mafias universitarias, aplastarme, que no escribiese nunca más, quisieron hacerme perder el amor por las palabras, y eso no lo lograron y no lo lograran jamás, es por eso que el escribir y pintar es lo único que me interesa y no escatimo sacrificios para poder seguir en perfecto estado de salud y gastando el poco dinero que tengo en la compra reducida de material  de pintura, prefiriendo comprar tubos de pintura a comida, y seguiré sin descanso publicando difícilmente dos o tres ejemplares de mis libros.

Si mis dos trabajos universitarios no tuvieron la recompensa intelectual que merecían, porque aquí en Francia los celos y las envidias intelectuales son tan feroces como las que persiguieron al pintor Hernán Gazmuri, durante toda su vida en Chile, no es por ello que el menoscabo se instalara en mi vida, ni lo piensen por un solo instante, aunque la realidad sea para mí  de las más trágicas,  yo le hago frente peor que un torero,  yo vine a buscar la vida y encontré la muerte sin quererlo, como el cuento “De Basora a Bagdad”, esa misma persecución que sufrió en Chile mi padre, yo la viví aquí en Francia. Para llevar a cabo esos dos trabajos universitarios, en los cuales el doctorado tenía la intención de intensificar y profundizar en extenso el tema desarrollado en la memoria de master donde el tema del amor absoluto lo traté únicamente en el análisis del personaje central de la novela El Túnel, sin realizar un trabajo de investigación que en mi doctorado es esencialmente comparativo, lo llevé a cabo luego de mi descubrimiento capital, la figura de Marsiglio Ficino, la figura más importante del Renacimiento italiano, Castel comparado con Ficino me permitió  desarrollar un estudio comparativo profundo, e hizo brotar la exégesis definitiva del personaje de ficción  Juan Pablo Castel, fue así como tuve que cambiar la ruta de mi especialidad y me fui hacia la Literatura General y Comparada; pero los obstáculos “académicos”, de las mafias francesas se erigieron feroces impidiéndome avanzar en mi proyecto, sus obstáculos mal llamados académicos que se inventaron para rechazar mi “soutenance”, fueron peores que tratar de subir el Himalaya para un estropeado de las piernas. Obtuve solamente mi D.E.A. de Literatura General y comparada, privándome de presentarme ante el jurado para defender mi tesis; es ahora cuando la saco del desván junto a mi memoria de master, la que me permitió obtener mi diploma de Maîtrise en 1985, casi cuarenta años de infatigable estudio y trabajo intelectual se han volado, pero estos dos trabajos universitarios son una prueba factual de que no he perdido mi  tiempo, como me dijo un día el historiador Claude Manceron, en ese entonces yo estaba de visita en su gabinete,  le mostré mi curriculum-vitae donde  recién llegada, yo no había aun obtenido mis dos diplomas universitarios en Francia, únicamente mi trayectoria universitaria de Santiago casi recién salida de la U.T.E. recién llegada a Francia,  yo creía que los elogios de mis profesores universitarios de Chile se prolongarían aquí en Francia, dado que mi capacidad de trabajo debía ser reconocida y que mi la Maîtrise y el D.E.A tendrían forzosamente el reconocimiento que merecían.

Pobre imbécil que fui.

 Estaba yo de visita en el gabinete de Claude Manceron en el Palacio del Elíseo, cuando luego de leer mi curriculum, me miró y me dijo:

¡Ah, on n’a pas perdu notre temps !  Vous allez avoir une très belle vie ici en France, sachez-le, je suis voyant, avec ma barbe ! »

¿Qué me diría hoy?

En mis Memorias contaré en extenso este pasaje.

Lo que me permitió avanzar más rápido de lo que es dado para los estudiantes franceses, fue mi formación universitaria de la Facultad de castellano de Santiago de Chile, en esa época era una de las más brillantes universidades del mundo, cada uno de nuestros profesores era doctor de universidades europeas. Si aquí en Paris, no tuve ningún problema para avanzar rápido en mi s trabajos de investigación fue ^porque el liceo y la universidad de Santiago me dieron esta facilidad gracias a excelentes profesores y porque mi padre estuvo siempre a mi lado apoyándome en todo mi recorrido intelectual de formación ; fui yo la  que a mis  diecisiete años en la U.T.E. de Santiago, recibí de mis profesores el sócalo del verdadero conocimiento de nivel universitario, lo que aquí en materias humanísticas es uno de los más mediocres del mundo. En la redacción de mi tesis de doctorado avancé rapidísimo y con poco tiempo porque estaba siempre  trabajando en un liceo; esa seguridad y rapidez para redactar mi tesis la logré porque yo me había regiamente formado en la materia de Literatura General y  Comparada, porque allá en ese país del tercer mundo se enseñaba y formaba a los PROFESORES DE SECUNDARIA mejor de como aquí pretenden formar  a los futuros profesores universitarios con simples “conferencias” para morirse de aburrimiento y de un sueño soporífero en los anfiteatros.

Mi tesis de doctorado: “Las Fuentes Italianas en El Túnel y tres estudios comparativos en la obra de Ernesto Sábato, la redacté trabajando día y noche con una intensidad abismante, estuvo lista al cabo de un año y pasé por la aceptación del Profesor Couffon quién me defendió ante “el jurado”, diciéndoles alto y fuerte: “si yo no le hubiese dado la libertad necesaria para trabajar, estén seguros de que Florence no habría hecho nada, ella necesita libertad y no tuve casi nada que objetarle, trabajó muy bien.”

A una anarquista venir a decirle como debe realizar un trabajo de investigación de alto nivel, ¿qué se creían esos payasos mediocres? ¿Qué yo estaba redactando una tarea de liceo?

Lo que quieren los miembros del jurado es que los alumnos de doctorado redacten tesis de compilación que comentan sobre lo que ya otros han investigado y comentado al infinito, ese trabajo académico repetitivo, sin ninguna relevancia ni novedad, les sirve como un simple diccionario, para que otros nuevos alumnos de doctorado prolonguen la cadena de lo que George Steiner nombra tan bien: “le marecage grisâtre de thèses universitaires”.

La mía no lo es. Mi trabajo presenta una novedad intelectual porque por la única vez y para siempre resolví “el enigma Castel” a la luz de la FIGURA de Marsiglio Ficino, es en mi tesis que se resuelve el enigma del extraño impulso existencial de Castel en su búsqueda desesperada del amor absoluto.

Cuando me negaron el premio de “très honorable”, Couffon me dijo: “échelos al diablo, usted deberá publicar su tesis sobre Sábato y titúlela como “TESIS ENSAYO”.

Allí están mis dos trabajos, la verdad es que mis intereses ahora son otros, díganme, ¿quién va a leer tesis sobre El Túnel y “el amor absoluto” inspirado en la más alta figura del Renacimiento italiano? Nadie.

Ni yo misma me intereso en “el amor absoluto”, yo que partí en mi juventud en una cruzada permanente en defensa del amor.

Ese amor absoluto es únicamente literario, es en la pura y absoluta ficción que vale la pena defenderlo, porque eso que creemos amor absoluto, se vive raramente en la vida terrenal, esencialmente  fangosa e inhóspita, no estamos en el Cielo,  el amor humano es una obsesión pasajera, un espejismo, una enfermedad viral que debería en el más justo de los casos existenciales, vivirse a dos, en el peor de los casos, vivida individualmente, te consumes sola en el virus, para el cual, las capsulas de paracetamol son ineficaces, es algo así como el Covid, pero donde por fortuna, no hay pasaje al servicio de cuidados intensivos y que, al final , comprobamos que “el amor”es una enfermedad curada definitivamente con tu propia voluntad. Y, por suerte, porque nadie puede sobrevivir enfermo toda su vida. Es lo que le ocurrió a Juan Pablo Castel, seguir sin el amor absoluto, viviendo en su túnel.

El único verdadero amor absoluto es el de nuestra Madre y Padre, ellos no nos engañan, nosotros les daremos nuestro amor absoluto más allá de la eternidad, es un amor religioso, como la eucaristía en la que eternamente Cristo nos dice “y haréis esto en recuerdo de mí”.

No tengo ninguna otra comparación válida.

Lo único que motiva a la gente de hoy por lo que son capaces de todo son los automóviles, los artefactos para movilizarse por la ciudad, bicicletas y trotinettes eléctricas que los llevarán directo al servicio de traumatología de los hospitales, donde los traumatólogos se hacen ahora un sueldo suplementario, esta furia de compras toca también los smartphones Apple y, el vivir superficialidades a la velocidad de la fibra, yo no creo tener la disposición espiritual, angélica y llena de humanismo para defender tesis sobre el amor absoluto en el que no creo, esa inspiración se extinguió con el asesinato de Mamá, y la cantidad enorme de «hombres” sin virilidad, incapaces e imbéciles que se han puesto en mi camino con la intención malvada de reírse de mí para hacerme caer con un crochet, lo que jamás lograron, porque los vi con rayos X antes de ir más lejos y ese lejos, de contratos firmados, no se los autoricé nunca, no lo merecieron, se perfectamente cuáles son mis virtudes y las protejo a cuchilladas invisibles, se quedaron con las ganas de hacerme subir al coche del desastre, porque el choque habría sido mortal, para mi naturalmente.

Ahora es una tristeza infinita la que me inspira en cada quehacer de mi vida. Sin Mamá, asesinada de esa manera salvaje y no “de muerte natural”, suponiendo que la muerte sea un hecho “natural”, la muerte es un verdadero escándalo, mi vida no tiene ningún interés, más que el valor último de continuar infatigable mis dos trabajos de creación; nada más.

En el doctorado encontré la fuente inspiradora del amor absoluto de Juan Pablo Castel, no pudiendo defender mi trabajo como se debía, el Profesor Claude Couffon me aseguró que, si alguien trataba de plagiarme, él me defendería con toda seguridad. Yo no me he preocupado por saber si en algún lugar del mundo alguien me ha robado mi tesis, mi defensa es tácita porque está inscrita en la fecha en que obtuve mi D.E.A. y en las cartas del Profesor Couffon. Para cerrar el asunto majestuosamente les diré que la verdad es que eso que llaman “amor” sale de la órbita de toda categoría de análisis, es por eso que yo lo considero todo sentimiento relacionado con el amor, poco importa su categoría e intensidad, como esencialmente AMORAL, y con este punto aparte, les ruego concentrarse únicamente en lo que vamos a analizar aquí, y si no pueden porque son jóvenes, no importa, cuando pasen los años, y lleguen a mi edad, no les costará nada seguirme, porque, los años de vuestra juventud pasarán rápido es algo seguro y si tampoco lo creen, tampoco importa, ese paso gigantesco de los años, en que somos nosotros los que pasamos por un  tiempo inmóvil,  los sorprenderá un día, castigo existencial del que nadie se escapa, si algún joven lo presiente porque en su familia observan algunos parientes viejos, tratan de olvidarlo una vez que cierran la puerta de una de esas fugaces visitas de cortesía, luego en sus vidas enfiestadas lo olvidan, hasta que les llega la hora de algún dolorcillo por aquí, una molestia aguda por allá, y la visión en el espejo de que algo cambia en su faz, y que físicamente se ve el ”envejecimiento”, los anuncios de un cambio físico que se revela en lo existencial les dirá que la fiesta existencial toma su fin…

Esto yo jamás lo viví, porque jamás viví en forma de fiesta y la presencia de la Muerte me fue dada desde adolescente, mi vida no ha sido otra cosa que luchar contra la Muerte, lucha encarnizada por evitar su entrada en casa, esto se traduce por darle patadas a todo tipo de enfermedad, para prolongar la Vida, cueste lo que cueste, es por eso que yo jamás he estado “deprimida”, nunca acudí a somníferos o a calmantes, he pasado mis dos duelos que no terminarán jamás, sola, sin ninguna muleta, sin ninguna ayuda,  y el que jamás haya declinado mis deberes, es porque siempre tuve la más profunda convicción de que el deber que nos llama para hacer vivir una Mamá inválida no es una obligación, es una fuerza de amor para con ella, para con la Vida que es un bien precioso que debemos moralmente poner en el más alto plano de nuestro respeto, fue por eso que me irritaba al punto máximo cuando me decían que yo cuidaba Mamá “por deber”, la “responsabilidad” fue motivada por el amor, no por el deber de una recompensa, esa que practicamos todos cuando ”trabajamos”; el “deber” para con nuestra madre es un deber entrañable que sale de lo más profundo y misterioso de nuestra naturaleza, de nuestra esencia de hijos;  el que descuida a su madre es simplemente un monstruo, el que no la defiende de asesinos que la torturaron hasta la muerte se vuelve tan asesino como aquellos que cometieron el crimen.

No pudiendo matarlos yo misma, ni pudiendo arrástralos peldaño por peldaño de las escaleras de las gemonías el poder de mi palabra de denuncia reemplaza los peldaños de las gemonías, y será eterna aún después de muerta, porque el escrito es eterno.

Mi palabra de denuncia contra el médico Traidor y sus tres cómplices será eterna ustedes lo verán.

Mi palabra será denuncia viva y perenne mientras viva, es por eso que en cada artículo, en cada libro, verán que mi “leitmotiv” reaparecerá sin cesar.

Vuelvo a mi tema:

Esta ausencia de virtud es aún más grave en el terreno intelectual, donde las mafias actúan de manera mucho más invisible, porque se cree que las cuestiones artísticas e “intelectuales” son susceptibles de pasar por un cedazo subjetivo, y como estas leyes intelectuales están siempre entre las manos de funcionarios de la administración universitaria, los que las administran no son otra “cosa” que “funcionarios-intelectuales” mal llamados “intelectuales” que se arrojan todos los derechos, y sus cargos administrativos provocan el miedo de los que no tienen “diplomas,” y se ganan un respeto muy mal fundado de todos  aquellos que tiemblan la escuchar el cargo de ¡“maître de conéerences!”,¡!chargé de cours!”, “!Professeur!” Esos cargos rodeados de privilegios los conocí por dentro como son los que los ostentan creando alrededor de ellos un aura mal merecida, porque falsos intelectuales, la mayoría de ellos son verdaderos impostores, prostitutos del conocimiento, y puedo describirlos dándoles  el análisis en un tratado médico- jurídico de medicina legal o bien en una redacción precisa y científica, exactamente  igual al que recibimos luego de un IRM o de una buena radiografía, la verdad es que un libro me sería de reducido espacio de escritura, necesitaría por lo menos unos tres volúmenes, en edición de la Pléyade.

Dicen que la noche nos trae buenos consejos… la noche del año nuevo me dediqué bien acostada a mirar una película en DVD, tomando un té ruso perfumado a la vainilla, un film excelente, me quedé dormida a las once y al despertar a las cuatro y media de la mañana, me dije, este mes voy a publicar mi TESIS ENSAYO, aunque no tenga motivación, lo haré como un “deber” de memoria al Profesor Claude Couffon y en agradecimiento a mis padres, a quienes les debo todo lo que soy y todo lo que sé.

Así es que el diez de enero, día del pago de mi jubilación, iré al negocio de impresiones. les mostraré la portada y la contraportada desde que me lo impriman.

Gracias por su lectura y les deseo un Nuevo Año 2023 pleno de todo lo que ustedes desean.

 

Carmen Gazmuri Cherniak

 

 

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