CARMEN FLORENCE GAZMURI-CHERNIAK

Estimados Lectores:

En mi país de origen, celebrábamos el Año Nuevo con fuegos artificiales, en Santiago el cielo se iluminaba de luces multicolores  y la niña que yo era en esa época se quedaba extasiada mirando ese fulgor de miles de luces  resplandecientes; una fiesta visual que festejaba un año más de vida, lo que para los viejos es un castigo, cada año que pasa, la infancia que descubre el mundo, no sabe aún lo que le espera.

Desde ayer, por otros cielos, otros fuegos artificiales son presagio, no de fiesta, sino de muerte, estos estallan en represalias de odio en respuesta al otro odio, dos odios fulgurantes que dialogan por los cielos.

¡Que pasen un excelente sábado!

Carmen Florence Gazmuri Cherniak