CARMEN FLORENCE GAZMURI-CHERNIAK

Escritos literarios – críticos, anuncios de nuevas publicaciones, libros editados. Artista-Pintora. Telas al óleo, gouaches y dibujos

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¿LA PINTURA ? ES UN PASATIEMPO

12 Enero, 2023 (13:32) | Non classé

       

              ¿LA PINTURA?

 

 

            ES UN PASATIEMPO

 

 

Estimados Lectores:

Aquí en Francia, no tengo idea de lo que ocurre en otros países, el que se dedica a la pintura o a la escritura “sin vender” es un “aficionado” que le sirve como “pasatiempo”.

El pintor “PROFESIONAL” es aquel que esta inscrito en “La Maison des Artistes”, esta inscrito en la Seguridad social (CPAM)  exclusiva para los artistas-pintores, y que vende y cotiza en los impuestos (Le Trésor Public)

Aunque no haya estudiado ni siquiera las bases mínimas de la profesión de dibujante y de pintor en el taller de un maestro y que lo que pinte sean grafitis y artefactos abominables de fealdad y de ignorancia mayúscula,  será considerado PINTOR PROFESIONAL.

Pobre de mí,  artista pintora heredera de l’Ecole de Paris que sobrevive en la miseria con  la jubilación de profesora de castellano y que sigue pintando, yo no soy profesional, yo soy, según los franceses,  una simple aficionada que para pasar el tiempo se dedica a pintar como “un loisir” así me dicen “los franceses”.

Cuando recién llegada a Paris, me sorprendí de este estatuto francés para con los “pintores», la administración me contestó que fueron los pintores lo que exigieron que se les diera un estatuto administrativo, fue así como se creó esta reda administrativa, esta cárcel en la que si n o se entra no se es pintor.

En el año 1999 ensayé de ver por dentro lo que da esta red infernal.

Fue el año en que me fui de la Educación Nacional para cuidar a Mamá inválida.

Me inscribí en esa red, esa administración deja once meses al “pintor” para vender, ¡si no vende al cabo de once meses, el pintor deberá pagarle una multa a los impuestos!

¡En esa época era una suma de más de 1200€!

Por supuesto que no iba a vender al cabo de once meses lo que jamás vendí desde mi llegada a Francia. Sin hacer “vida social”, sin dinero y sin conocer las redes mafiosas del “mundo del arte”.

Así es que al cabo de 10 meses tuve que escribir cartas certificadas para cortar la “inscripción”, y evitarme la multa y sobre todo el evitarme quedar sin seguridad de salud y SDF con mamá a mi cargo, habría sido una catástrofe, por suerte evité lo peor.

Me habría quedado en la calle con mamá si hubiese seguido en esa red infernal, yo jamás vendí y no venderé jamás, porque para ello hay que tener un excelente agente y no uno de pacotilla o usurero,  y como un Daniel Henri Kahnweiler bis, no habrá nunca más otro igual ni parecido en esta tierra, el asunto pintura es un asunto cerrado, ya no ensayo mas de tratar de exponer, que se queden con sus mafias y su red administrativa. La muerte de la verdadera pintura es un hecho asegurado.

Para VENDER es necesario tener “un agente” que se dedica exclusivamente a eso, él posee un a agenda de potenciales compradores, casi todos millonarios, jefes de empresas y pudientes, nace una copiosa “vida social” que se agita activamente cenas en restaurantes de lujo, allí se reparten con creces las ventas en dinero líquido, declaran la mitad a los impuestos, para quedar libres de culpa y bien con el Estado y la otra mitad se la reparten entre ellos, una mafia de la pintura perfectamente organizada.

No es una pintora en la miseria la que va a hacer una corrida de puerta a puerta con sus cuadros en un carrito, como ofreciendo y vendiendo vulgares tapices.

Como bien lo decía D.H. Kahnweiler, un pintor no debe hacer otra cosa que pintar, allí estaba él, doctor en filosofía y experto en negocios, experto en venta de lujo: la pintura, trabajando por vender la obra de sus pintores.

Imbéciles esos rustros que hacen creer a una sociedad inculta y grosera que se atreve a insultarme y a calificarme de vieja inútil y ociosa que, para no aburrirse, se dedica a “su loisir”: la pintura.

Cuando me tratan así, me despiertan deseos criminales, es por eso y por otras razones que escogí el mas rotundo de los retiros de la sociedad, no hay nada peor que escuchar imbecilidades. Es el infierno.

Si supieran esos imbéciles, el tesoro que me dio mi maestro, el pintor Hernán GAZMURI, que puso en primera línea “las invariantes plásticas de André Lhote”; deberían tener vergüenza de decirme esa enorme brutalidad:

“Ah, vous avez un loisir, vous faites de la peinture !”

Mi padre tenía razón cuando a mis dieciséis años, no quería ensenarme a pintar, me dijo: ¿quieres que te pase lo mismo que a mí?

Una mujer sola dedicarse a la pintura es un crimen.

Luego ante los pedidos de Mamá y mi insistencia accedió y luego al ver mi trabajo a lo largo de años en su taller y que le daba satisfacción total en mi aprendizaje cambió de idea y antes de morir me dijo: “prométeme que vas a seguir trabajando y que harás exposiciones, a ti  la tarea de continuar, lo que yo debo dejar…”.

Los que creen que van a venir a apoderarse de mis cuadros cuando me muera están perdidos, ya redacté mi testamento ológrafo, se quedaran con la ganas. Mi legador universal y esta bien inscrito y mi Testamento y bien al resguardo.

Sorpresita que se llevaran esos criminales.

Me la hicieron una vez ¿una segunda vez? Imposible.

Ahora sé protegerme.

 

Carmen Florence GAZMURI

 

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