CARMEN FLORENCE GAZMURI-CHERNIAK

Escritos literarios – críticos, anuncios de nuevas publicaciones, libros editados. Artista-Pintora. Telas al óleo, gouaches y dibujos

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LAS ENFERMERAS: AGONÍA Y SADISMO

19 Febrero, 2023 (19:20) | Non classé

     LAS ENFERMERAS :

 

« Votre mère ne vous appartient plus, dès à présent, elle est propriété de l’hôpital »

 

   AGONÍA Y SADISMO

 

Si la situación no hubiese sido la mía, de estar presa en el 5 piso de ese hospital donde los amigotes del “Médecin Traître-Tant” encerraban a Mamá que agonizaba junto a mí, totalmente desamparada, yo les debería haber dado a todas esas serpientes una bofetada. Quiero decir una bofetada figurada, dada de otra forma, porque si les hubiese dado una bofetada real, soy yo la que habría partido a la cárcel, acusada de mentiras y calumnias.

Porque se sabe después que la agonía de nuestra madre es algo horrible que se vive una sola vez en la vida, y luego de esta experiencia, ya nada puede hacernos tener miedo, nuestra configuración de la raza humana es otra, nada de lo que hasta allí nos conmovía, nada de lo que amábamos, idealizábamos, sería para nosotros à partir de ese momento fatídico, motivo de emoción.

En ese preciso momento conocí los métodos siniestros de la enfermeras de los hospitales públicos.

Esas actitudes premeditadas y esas frases que se pegaban a mis oídos como alquitrán.

Hasta entonces, yo nunca  me hubiese imaginado que esas mujeres tenían un método aprendido, y certero, infalible, para provocar un escándalo y culpar a una persona públicamente dejándose para ellas un largo trecho de defensa personal que, a vista del público, quedaban inocentes y como verdaderas “profesionales”, aquí en Francia las enfermeras gozan de un beneplácito total, las “adoran” como dicen todos, las creen perfectas, sacrificadas, sufriendo horas de trabajo mal pagadas, y con un sobrecargo de trabajo que las excusa y la pone en un pedestal, gozando de méritos infundados. Nadie, puede denunciarla mejor que yo, porque los hechos que me hicieron vivir y sufrir esas mujeres SERPIENTES fueron hechos vividos y sufridos en total secreto; ese secreto inmundo que encierran los muros fétidos de los hospitales públicos.

Aquí en Francia son como cualquier administración pública, imposible de defenderse contra ellos, cualquier trámite que se piense ejecutar en nuestra defensa, esta destinado a caer en el vacío, porque el juicio debe llevarse no a un tribunal “normal”, sino ante un TRIBUNAL ADMINSITRATIVO, es decir gobernado  por el estado, la separación de poderes es una superchería, los abogados expertos en juicios administrativos lo saben porque ellos pertenecen a la misma mafia, ningún abogado va a querer tener en su “curriculum-vitae” una defensa de una cliente contra el Estado francés, los jóvenes abogadillos son verdaderas “plantas trepadoras,” lo único que buscan es colocarse, ganar puntos, y puestos favorables, porque la única ambición de todo hombre francés es casarse, formar una familia, y sentirse orgullosos de la prolongación de su nombre en la “descendencia”, yo puedo comprenderlo perfectamente, pero a mí ese asunto no me seduce, más bien me repugna, así es que el comprenderlo no me permite ni perdonarlo ni mezclarle a tales especímenes  que yo veo como ejemplares monstruoso, inhumanos de los que me arranco a perderme.

En cuanto me vieron llegar con Mamá en la camilla, veníamos del box de las urgencias donde la jefa de las urgencias le practicó un “vidange” con una sonda, al igual que un plomero se ocupa de la máquina lavadora; fue un horror como la jefa de las urgencias, “la doctora T.” se ocupó de Mamá, como una bruta ignorante, primero le practicó una trasfusión de 2 sacos de sangre para luego provocarle una asfixia, que la obligó a practicarle un “vidange” con una sonda gástrica, la soberbia ignorancia de esta bruta ignorante, hizo todo lo contrario de lo que había que hacer en un caso de infarto mesentérico. La intervención de transfusión se hace con la paciente dormida en al quirófano, esta criminal salvaje se creyó en el quirófano con Mamá anestesiada. Mamá que tenía como ella misma decía “una salud de fierro” debió soportar esta tipa asesina que debió quedarse en su tierra ejerciendo como vendedora de máquinas de lavar en SAV, pero no ocupando un puesto de la más alta responsabilidad en el piso de las urgencias de un hospital parisino, luego supe también mucho después, que ese es el peor hospital de 20 distrito de Paris, el peor, que tiene fama de ser el peor. No, no es Tenon. Es el otro, ya saben de cual hablo sin nombrarlo. Todo eso lo supe “después” de su muerte.

Yo ya aprendí sus mismos métodos.

A esta bruta asesina la denuncié en el juicio que la abogadilla perdió en el año 2017,

Desde que salimos del ascensor, y que nos dirigíamos hacia “la pieza común” que el asesino N°2, el Jefe de servicio del 5 piso,  el “Doctor Z”, nos había reservado, porque se negó a darle a Mamá agonizante una pieza única para impedirme el pasar la noche a su lado, cosa que en caso de agonía de un pariente, el protocolo permite que un hijo se quede a su lado.

Pero “la Gazmuri” que estaba sola, debió soportar todas las injusticias, porque no había ningún testigo, y cuando llamé a una doctora que yo creí una persona digna, me equivoqué, porque se negó a venir a visitarnos, para no implicarse como testigo en el maltrato salvaje del cual estaba siendo víctima Mamá.

Yo me decía:” estos asesinos se salvaron de que mi padre esté en el cielo, porque los habría matado uno por uno, ninguno de ellos se habría salvado, porque para papá mi madre era un tesoro que nadie tocaba, eso le decía yo a Mamá cuando me criticaba mi soltería, mira le decía en francés: “Les Gazmuri ne courrent pas les rue en France, tu a reencontré papa à tes 18 ans, il n’y a pas un dexuième Gazmuri au monde, alors fiche moi la paix”.

Maman riait et dès ce moment-là, elle avait compris.

 Tres enfermeras nos acorralaron y cuando le dije a una:  he llamado por teléfono al doctor de Mamá, (le docteur Teaître-Tant”)le pedí que haga las gestiones necesarias para que me den el permiso de dormir con ella, entonces la jefa de las enfermeras, se puso a gritar, francamente a gritar, diciéndome: “Yo la conozco a usted,! no crea que no la conocemos!, Aquí señora Gazmuri, guardamos enfermos en silencio y usted llega con su madre a imponernos su deseos, que están fuera de nuestro PROTOCOLO, así es que yo no le permito quedarse en la noche usted se va de aquí ahora miso, sepa que su madre no le pertenece, desde hoy, su madre es pertenencia del hospital”

Entonces cuando quise decir una palabra, ella comenzó a gritar como una desaforada, para que todo el piso se alarmara, y yo no había dicho mas que dos frases apenas audibles para no inquietar a Mamá que yo no lo sabía, había comenzado su agonía.

La enfermera Jefa del servicio aplicaba su método: gritar para hacer creer que era yo la que había comenzado.

Las otras dos se reían.

Al final el tipo que empujaba la camilla colocó a Mamá justo al lado de una enferma que de enferma no tenía nada, era una de las que estaban allí pasando una corta estada luego de un examen con anestesia, el piso de medicina interna está dedicado a enfermos sin importancia, jamás destinado a pacientes agonizando.

Jamás olvidaré esa mujer obesa que comía desaforadamente todo lo que tenía en su bandeja, mirando a todo volumen un programa de  televisión de los mas groseros. Una madre anciana agonizando es privada de la compañía de su única hija y la tiran en una cama dura y fría, sin protección, al lado de una mujer obesa y grosera que mira la televisión a todo volumen.

¿Pero ves como grita la Gazmuri?

Anda a buscar al “Jefe Z”

Entonces se acerco a mí, una de las tres enfermeras.

Il s’agissait d’une très jeune infirmière, à la peu brillante comme un cétacé, obèse au point d’exploser, je me sis dis ; c’est elle qui est en manque assurément, me suis dis-je au milieu de ma tragédie, qui touchait le tragique et le grotesque.

 L’autre lui répond, mais tu vois ? elle ne nous regarde pas, je ne la supporte pas celle-là…

Regarde-là, elle m’insupporte la GAZMURI, elle ne nous regarde pas quand on lui parle !

Laisse-là, c’est une “vieille-fille », tu vois, elle est célibataire, elle n’a pas enfanté et elle est en manque d’enfant, c’est pourquoi nos fait ce cinéma pour garder sa mère.

Laisse-là, elle ne vaut pas la peine.

J’ai dû passer la nuit seule à l’accueil. Seulement le lendemain vers 12h, me laissèrent la permission de rester auprès de Maman dans une chambre seule, mais Maman, dépourvue de toute l’assistance qu’elle devait en avoir pour commencer le bloc opératoire, mais aucune assistance ne lui fut donnée.

Sans matelas, sur un brancard dur et froid, » l’assassin N°2 le docteur Z, » qui se refusa à lui commander un matelas et des sédatifs, personne ne nous rendit visite jusqu’au troisième jour, la veille de sa mort arriva l’assassin N° 2 le docteur Z por se moquer de Maman en riant  de son agonie me dit :

« Ha, ha, ha, elle n’est pas toute fraîche votre mère ! Ah ? »

Maman supporta le brancard qui était un cercueil ouvert.

Quand la religion exige le pardon, je leur réponds, la religion qui exige le pardon n’est pas une religion, mais un service SAV qui une fois la faute commise, leur donne le pardon et l’absolution immédiate.

Ouvrons les prisons, parce que tout assassin est un repenti en puissance.

Pardonner les assassins de Maman ?

Me dire cela est un sacrilège, une faute impardonnable, un crime contre cette créature sublime qui fut Maman.

La volonté méprisable de créer la confusion éternelle entre le vice et la vertu.

Jamais.

Qu’ils partent les quatre en enfer avec ses infirmières.

Prévenez-moi dès que l’un de ces quatre soit déjà mort !

Carmen Florence Gazmuri Cherniak

In, MEMORIAS, mi vida literaturizada de Chile a Francia

 

 

 

 

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