VACACIONES
VACACIONES
« Notre monde vient d’en trouver un autre, cet autre monde ne fera qu’entrer en lumière quand le nôtre en sortira »
MONTAIGNE
Estimados Lectores de lengua hispana:
Varias veces he intentado dejar de escribir artículos críticos y confieso no haber podido callarme, he reflexionado intensamente luego del resultado de estas elecciones; una recrudescencia de hechos escabrosos y una actitud ciudadana pasiva me hacen optar por un silencio que espero lograr, porque lo he intentado varias veces y he fracasado.
Esta vez emplearé todas mis fuerzas por mantenerme en un retiro de escritura de artículos críticos, que confieso difícil y bien forzado; porque mi formación intelectual y mi carácter me impulsan hacia esta práctica; para empezar dejé de ver los programas políticos de la televisión por las noches, ya que los programas políticos que me interesan están tomados por esas histéricas periodistas y consultoras ucranianas que utilizan las plataformas que les ofrecen para vociferar, continuar su propaganda y se hacen una psicoterapia pública, como si esto fuese poco, les pagan con creces sus participaciones y yo no soy un cordero pasivo, y no voy a dar mi escaso y precioso tiempo que me queda, ya bien reducido, irritándome con la visión de la única parte del conflicto, aquí en Francia la censura se practica bajo cubierta de libertad y “democracia”, una democracia bien especial practicada con la conocida “ley del embudo”.
Además, es imposible el dejarse enviciar con cuestiones criminales, amparadas por el gobierno; éstas me son insoportables, he comprobado con espanto la cantidad de artículos críticos que he escrito dedicándolos a cuestiones asquerosas como las agresiones médicas de esa diputada ginecóloga, especímenes como esa, me dejan agobiada y con pesadillas, ya saben que yo tengo un terreno ya minado por el asesinato de Mamá, causado por rechazo premeditado de cuidados que ella sufrió en octubre del 2013, mes fatídico en que ese falso médico la torturó y llevó a la muerte con premeditación, ese médico asesino y sus tres amigotes y colaboradores debieron ser castigados con la pena máxima. El estado miserable en el que se encuentra la justicia es otro vicio incurable en Francia.
He sufrido lo más horrible que puede soportar un ser humano, el asesinato de su madre por la premeditación asesina y diabólica de un médico en no prodigarle los cuidados de urgencia que su cuerpo exigía en un momento crítico, esto es lo más trágico, comprobar que en Francia no estamos en seguridad en dos ámbitos de la vida ciudadana que son imprescindibles y que deben marchar con una ética infalible: el espacio médico y el jurídico.
Yo sé ahora de lo que son capaces los médicos franceses, por lo que todo comportamiento abusador de la parte de uno de ellos me repulsa y que esta salvaje continue en su puesto y ejerciendo la medicina me parece un escándalo ante el cual, no hay un solo francés que se rebele.
No quiero ensuciar este sitio, que lo creé hace varios años con fines exclusivamente literarios, fui poco a poco hundiéndome en la crítica política, y restringiendo considerablemente mis escritos en cuestiones literarias y de arte en general. Es hora de que me dedique a hacer una limpieza mental de fondo; espero lograrlo, en todo caso no pudiendo irme lejos y tomar unas merecidas vacaciones, por lo menos, intentaré con todas mis fuerzas de cerrar con doble cerrojo esta contaminación de hechos criminales con los que periodistas franceses nos inundan cada día, con la agravación de que se reparte entre una mansedumbre social abismante. Aquí no son los eminentes Profesores, ni verdaderos filósofos independientes los que dan lecciones a la sociedad, no, aquí en Francia son los consultores y los periodistas los únicos que imparten la línea directiva del pensamiento social. No se puede esperar ningún cambio ya que todo comienza en la escuela, y aquí hay una baja del nivel que es ahora conocido de manera escandalosa y vergonzosa por todo el mundo, mi país natal esta en la mejor línea en los descubrimientos científicos en cuestiones de energía solar, de astronomía y en cuestiones médicas en general, las palabras de Montaigne se hacen más validas que nunca.
¿Vale la pena gastar nuestras fuerzas ante una sociedad aletargada que no ha adquirido jamás conciencia de lo que es una ética social?
¿Vale la pena que nos gastemos en tratar de dar conciencia a la gente de la diferencia entre el Bien y el Mal?
El resultado está a la vista, mi respuesta es un no rotundo.
Nadezhda Carmen Gazmuri-Cherniak
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